REFLEXIÓN CRÍTICA
En la actualidad existen una gran variedad de herramientas, leyes y procedimientos que estimulan la participación ciudadana y colectiva para la consecución y logros de los objetivos planteados para favorecer y apoyar el desarrollo del país, buscando nuevas fuentes de producción que aporten a la economía actual del Estado, entre estas herramientas está la de otorgarle a la población el control de los recursos que necesite para garantizar que puedan solventar y solucionar las necesidades que los aquejan, ese es el propósito de las comunidades.
Aunque en teoría en el presente se cuenta con un sinfín de recursos y métodos para promulgar la participación ciudadana, la realidad que se ve refleja en las comunidades es opuesta a esta moción, ya que los habitantes que residen en las distintas localidades no practican la denominada “Participación Activa”, y eso fue lo que se observó en la Comunidad “Josefa Joaquina Sánchez”, que a pesar de ser una comunidad constituida por 3820 habitantes, menos del 10% del mismo interviene en las reuniones y asambleas generadas, dándonos indicadores alarmantes que contrarrestan por completo la actividad de participación.
Cuando nos encontramos con este tipo de incongruencias, surgen diferentes incógnitas que hacen reflexionar sobre el “deber ser” y lo que realmente sucede en estas comunidades, es importante mencionar que estimular la participación activa y protagónica en la comunidad es factor clave en el logro de los objetivos que se plantearon, ya que estos habitantes son los que día a día viven los problemas que aquejan a la comunidad y que son los principales protagonista para que se puedan satisfacer las necesidades primordiales que los oprimen.




